El cambio para muchas personas suele ser algo difícil, especialmente en la vida personal. Y si eso es complicado, más es todavía aplicarlo a la estructura de una empresa donde también hay transformar los comportamientos de cientos de personas. Según los expertos, la clave para poder aprovechar al máximo este proceso está en desarrollar una mentalidad orientada hacia el cambio.
Hábitos, procesos y cultura: ¿cuál es la diferencia?
Todas las empresas tienen decenas de procesos y de hábitos. Los procesos serían los que están definidos explícitamente y los hábitos los que simplemente ocurren. Para muchos, estos últimos se refieren a una parte importante de la cultura empresarial. Sin embargo, están lejos de determinar la cultura en su conjunto…hay mucho más. Para poder alcanzar el cambio interno y obtener buenos resultados, te compartimos algunos consejos para que puedas aplicar a tu empresa:
1- Analizar y reflexionar
Se podría decir que un hábito es una actividad diaria que e realiza automáticamente en situaciones iguales o similares y está compuesto de 3 partes: una señal, una rutina y una recompensa. Por lo tanto, para cambiar o crear un hábito, primero hay que analizar y reflexionar sobre las razones detrás de él.
2- Identificar lo más importante
Dado que hay muchos procesos, hábitos y rutinas que podrían – y probablemente deberían- mejorar, el cambio puede parecer una prueba insuperable. La clave en estos casos es aceptar que no se pueden cambiar todos o la mayoría. Entonces, establecer qué es lo prioritario resulta vital. Si empezás a transformar múltiples cosas a la vez, la mayoría de ellas fracasarán.
El área en la que primero se quiere impulsar el cambio debe tener, por lo menos, estas 3 cualidades: ser entendido como importante y urgente, dar resultados rápidos para la empresa, tener altas probabilidades de ofrecer un efecto dominó positivo. Las características anteriores serán importantes para que la gente dentro de la empresa empiece a creer en el cambio.
3- Darle tiempo y aprender de los errores en el camino
Los objetivos consistentes y a largo plazo sólo se obtienen dando pasos cortos. De esta manera, la transformación tendrá más éxito si se empieza a externalizar la fuerza de voluntad de a poco, en vez de ir con todo a la vez. El aprendizaje requiere mucha práctica y repetición, lo que obviamente lleva tiempo.
4- Inspirar el cambio desde la base de la organización
Este punto viene a derribar un gran mito. Aunque el cambio puede iniciarse (y suele empezar) en el directorio, en realidad debe producirse en la base para que forme parte de su identidad como trabajadores. Estas son las razones:
- Los hábitos de mejora contínua deben estar arraigados en todos.
- Más personas impulsando el cambio significa más resultados.
- Cuando el personal se ocupa del desarrollo de las operaciones, la dirección puede centrarse en el panorama general.