Inmunova es una compañía biotecnológica argentina especializada en la investigación, diseño y desarrollo de una nueva generación de medicamentos innovadores para enfermedades poco frecuentes y para las que aún no existe ningún tratamiento disponible. Sus fundadores, Dan Kaplan, Fernando Goldbaum y Linus Spatz, son científicos y emprendedores Endeavor con una reconocida trayectoria en biotecnología y construyeron una compañía que desarolla distintas tecnologías en colaboración con el CONICET.
Desde su fundación en 2009, la empresa buscó resolver grandes desafíos y desafiar los límites de la medicina. Uno de sus últimos descubrimientos, hace unos meses atrás, fue haber avanzado en un tratamiento contra el Síndome Urémico Hemolítico, enfermedad que genera problemas renales tras ingerir alimentos contaminados con la bacteria Escherichia coli y que afecta principalmente a niños.
Hoy, la compañía dió un paso más y posiciona al país como una de las principales empresas biotecnológicas en el mundo en sumar esfuerzos para terminar con la pandemia. En concreto, desarrollaron un suero terapéutico para tratar pacientes ya infectados con COVID-19, el cual mostró en pruebas in vitro la capacidad de neutralizar el virus SARS-CoV-2. Con este resultado prometedor, Inmunova iniciará en breve la fase de ensayos clínicos en pacientes.
Qué es la inmunización pasiva y por qué es importante
La inmunización pasiva consiste en administrar anticuerpos a los pacientes contra el agente infeccioso, produciendo su bloqueo y evitando que se propague. Así actúa el suero, que es similar a los que se usan para tratar el envenenamiento por picadura de serpientes y alacranes, intoxicaciones por toxina tetánica, exposición al virus de la rabia e infecciones como la influenza aviar.
Dada la emergencia de la pandemia, la inmunoterapia pasiva es una de las estrategias terapéuticas más prometedoras que se están investigando en el mundo, para disminuir el impacto y la letalidad del nuevo coronavirus.
El suero anti-COVID-19 se plantea como un tratamiento para pacientes con diagnóstico de la infección, a ser administrado en las primeras etapas de la enfermedad. En su desarrollo se utilizó como antígeno una proteína recombinante del virus, para obtener anticuerpos policlonales. El suero producido contiene gran cantidad de estos anticuerpos con capacidad neutralizante, es decir, que podría evitar que el virus ingrese a las células que es donde se multiplica.
Para desarrollar el suero terapéutico anti-COVID-19, Inmunova y el Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas (INEI-ANLIS) realizaron pruebas en sus laboratorios –el INEIANLIS aisló el virus y midió la capacidad del suero de neutralizarlo–. A su vez la Fundación Instituto Leloir, Mabxience e investigadores del CONICET y la Universidad Nacional de San Martín desarrollaron cantidad suficiente de proteína recombinante para las pruebas.
El proyecto fue presentado a la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación en respuesta a la convocatoria “Ideas Proyecto COVID-19” –de la Unidad Coronavirus, creada por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación e integrada por el CONICET y dicha agencia– ha sido uno de los seleccionados por esta iniciativa.
Características del suero hiperinmune anti-COVID-19
El suero desarrollado se basa en anticuerpos policlonales equinos, que se obtienen mediante la inyección de una proteína recombinante del SARS-CoV-2 en estos animales, inocua para ellos, que así tienen la capacidad de generar gran cantidad de anticuerpos capaces de neutralizar el virus.
Una de las principales ventajas del suero con plasma de equinos inmunizados es que posibilita dar una respuesta similar al plasma de pacientes convalecientes, a la vez que permite ser producido a gran escala, es decir, elaborar numerosa cantidad de dosis en corto tiempo para dar respuesta a la pandemia.
Qué se viene
Debido a que el suero terapéutico mostró en pruebas in vitro la capacidad de neutralizar el virus SARS-CoV-2, Inmunova avanzará en la etapa de ensayos clínicos en pacientes, de acuerdo a los requerimientos regulatorios nacionales de la ANMAT, con el objetivo de demostrar su seguridad y eficacia para disminuir la letalidad y morbilidad de la infección por el nuevo coronavirus.