Por Sofia Smolar
Fotos Por Edi Valcheva
Año 2013. Instituto Holandés de Neurociencia, Amsterdam. El científico argentino Bruno Dagnino está encerrado en una sala haciendo experimentos con cables y computadoras. Son más de diez años de estudio que empezó en la Universidad de Buenos Aires, y solo faltan unos meses para doctorarse. Bruno mira fijo al experimento y, por primera vez, piensa en algo que cambia su vida por completo: no quiere ser más científico.
Año 2017. Oficinas de Metrica Sports, Amsterdam. El emprendedor Bruno Dagnino es uno de los creadores de esta empresa que combina análisis de video y análisis de datos: una tecnología que puede mejorar la performance de los mejores equipos de fútbol del mundo. El FC Barcelona, el Villareal y hasta la selección de Estados Unidos ya los contrataron. Con una facturación anual de 500.000 euros, hoy Bruno Dagnino, Rubén Saavedra Pascual y Enzo Angilletta, se fortalecen en Europa, desembarcan en Norteamérica, y de a poco, se acercan a la Argentina. Bruno está feliz; sabe que tomó la decisión acertada: emprender.
Pero, ¿cómo fue el camino para pasar de ser científico de laboratorio a emprendedor con proyección mundial? Una combinación de suerte, riesgo y pasión. “Todos los días tenemos que tomar diez decisiones y cruzo los dedos para que al menos cinco estén correctas. Para mí, esa es la definición de emprendedor”, piensa en voz alta.
EL PROBLEMA DE LOS DATOS
En 2013, ya viviendo en Amsterdam, el joven científico argentino se anotó en el torneo de fútbol del instituto donde cursaba su doctorado. Allí, en las canchas, conoció a Rubén Saavedra Pascual: un catalán científico, perfil comercial, fanático de la pelota y del Barcelona. En paralelo, también se cruzó con Enzo Angilletta –otro argentino radicado en Holanda como él– en un bar, viendo el partido de la selección contra Portugal. Era la época de Pep Guardiola y ahí estaban los tres: Bruno, el científico cansado de la exigencia de lo académico; Rubén, el joven “vendedor” líder de la peña de Barcelona en Amsterdam; y Enzo, el diseñador argentino especialista en video. Sin embargo, a los tres los movía lo mismo: el fútbol.
Juntos, entre partido y cerveza, identificaron una problemática específica en el análisis de datos dentro del fútbol europeo. “En Alemania, por ejemplo, la liga entera genera que todos los clubes tengan datos de su desempeño; y los equipos de fútbol no saben qué hacer con todo ese material. La idea original era atacar ese problema: ir a los clubes, llevarnos sus datos y analizarlos. –Explica Dagnino– A su vez yo tenía la intuición, por experiencia, de que si queríamos que sirviese de verdad, el análisis debía ser personalizado y no estandarizado. En ese momento, los clubes utilizaban los mismos datos así jugaras para el Real Madrid como para el Barcelona”.
El proyecto fue creciendo y comenzó a convertirse en una startup. En ese contexto, los jóvenes decidieron buscar escalabilidad, con un formato que les sirviera a muchos clientes pero con una misma cantidad de recursos. Así, crearon Footmapp, un software que permite analizar los partidos en video, visualizar jugadas e identificar patrones de manera fácil y simple para que el grupo técnico pueda mejorar el rendimiento del equipo y desarrollar nuevas estrategias de juego.
EN BUSCA DE LAS GRANDES LIGAS
Antes de salir al mercado, investigaron qué clubes eran innovadores y cuáles invertían en nuevas tecnologías. El primer contacto fue con el Vitesse, un club medianamente chico de Holanda. Pero… ¿cómo mostrarle al primer cliente lo que prometían sin aun tenerlo? “Tuvimos que armar un partido fútbol cinco con amigos, lo filmamos e hicimos un análisis acerca de lo que nosotros pensábamos que era un análisis interesante para un técnico”, cuenta Bruno entre risas y orgullo. Si bien esa reunión no prosperó en un contrato, les sirvió para identificar dos diferenciales claves del presente de su emprendimiento: que podían reconocer patrones de jugadas, y que podían realizar visualizaciones sobre los videos (ej: distancias entre jugadores).
No pasó mucho hasta que llegaron al Villareal en 2014. Como buenos bichos de internet, consiguieron la primera reunión por Twitter: le escribieron por mensaje directo a un analista de ese club, que sabían que era argentino y que solía comprar nuevas herramientas. “Somos tres argentinos –mentira– con un proyecto interesante que te puede interesar, pasame tu mail si querés”. Y el analista quiso y coordinaron la primera reunión con el Villareal. Fueron tres encuentros exitosos, pero faltaba la mirada del DT, que en ese momento era Marcelino García Toral. “Cuando vio las visualizaciones en el video se volvió loco. Marcelino se levantó de la silla en el medio de la reunión y fue a buscar al director deportivo”, relata Bruno como si ese contrato lo hubiesen cerrado ayer.
¿SUERTE O CRISIS?
Tenían al Villareal, estaban confiados y pensaban que de ahí hacia delante, quedaban solo éxitos; pero no. Pese a las buenas expectativas, al segundo año, su único cliente seguía siendo el Villareal. Hoy, Bruno reflexiona que al producto le faltaba desarrollo: “nosotros pensábamos que ya estaba y nos olvidamos de que éramos una startup, lo cual viene acompañado de un montón de desconfianza. En los partidos de elite no se pueden arriesgar, todo tiene que funcionar perfecto”. Sin embargo, el Villareal renovó el contrato y ese fue un puntapié para seguir intentando.
Entendieron que en los clubes no basta con convencer al analista o al director técnico, sino que hay que ganarse la aprobación de todos, y esto conlleva tiempo y testeo. Al no tener el pase de la trayectoria, había que buscar a personas que confiaran en ellos en un principio para, una vez adentro, atraer al resto. Con ese aprendizaje llegó la oportunidad del Barcelona. En el partido contra Ajax en Holanda, Rubén logró impresionar a un dirigente blaugrana y él mismo contactó al equipo con un responsable de tecnología.
Actualmente, todos los equipos de las inferiores del Barça analizan sus datos con Metrica Sports y la idea es expandirse a la primera división. “Estamos como nosotros mismos en las inferiores del Barcelona. Estamos yendo a entrenar y nos están probando para luego ascendernos. Esa es la meta”, cuenta Bruno y se ríe pensando en el momento en que se sentaron frente a Luis Enrique, director técnico del club. “Estaba copado jugando con la plataforma en la pantalla táctil, seleccionaba jugadores, medía distancias. Fue increíble”. Ahí ganaron.
Este año, llegaron al Seattle Sounders, gracias al analista del club que es un fanático del Villareal; en abril cerraron con Professional Referee Organization (la organización de árbitros norteamericana); y el mismo día que dio esta nota, estaban firmando con la Selección de Estados Unidos.
¿Y en la Argentina? Bruno contesta que están empezando a tantear. “Creemos que podemos sumarnos a la selección de Sampaoli pero no tenemos ningún contacto todavía. Creo que, por ahora, solo tenemos un plan A, pero nos encantaría llegar a él”. Podrían pedir un contacto pero tal vez lo vuelvan a lograr por Twitter. Por lo pronto, están enfocados en la búsqueda de una inversión de €1.500.000 para que el proyecto siga creciendo. La idea es armar un equipo de inversores que tengan experiencia en startups y en futbol.
En el dilema de si los emprendedores nacen o se hacen, Bruno, Enzo y Rubén son profesionales que aprendieron. “Un emprendedor puede tener la visión medio stevejobiana del asunto y pensar que la gente debe usar lo que él dice que tiene que usar; o puede siempre preguntarle al cliente qué es lo que quiere y necesita, y hacerlo. Desde Metrica, tratamos de encontrar el equilibrio. Escuchamos, interpretamos y les ofrecemos lo que verdaderamente necesitan en base a sus requerimientos”. Esa es, según Dagnino, la forma que aprendieron para mantenerse frente a la competencia.
Año 2017. Bruno está sentado sobre una silla de madera en su oficina en Buenos Aires, dentro de un espacio de co-working pensado para científicos emprendedores, donde también están los chicos de El Gato y La Caja y, más al fondo, Matías Peire de Grid Exponential. Pareciera que están aislados del mundo en esa antigua casa en Colegiales. ¿Son, acaso, los “bichos raros” del emprendedurismo, y no del laboratorio? Dagnino a veces piensa y encuentra una similitud entre la ciencia y la metodología de Metrica. “Algo que aprendí de la física es saber llevar los problemas a su mínima expresión. Y lo bueno de simplificarlos, es que muchas veces terminas encontrando la solución más simple”.
Los datos del entretenimiento
Por Ernesto Cambursano
CEO y Fundador de DataFactory
Desde DataFactory, y a diferencia de Metrica Sports, nosotros hacemos un producto específico para medios de comunicación. En el proceso, llegamos a relevar aproximadamente 1500 datos por partido. Sin embargo, los intereses de la audiencia cambian y vemos que la cantidad y profundización de datos ya no es tan relevante como lo era hace diez años cuando la BigData era toda una novedad. La gente hoy quiere sacar sus propias conclusiones y no le interesa tanto que le brinden información dura y extensa. Entonces, hoy nuestra búsqueda es acomodarnos a lo que el público pide y brindarles entretenimiento, más en formato flash, que le permitan a los lectores y oyentes opinar, debatir y compartirlo con otros. Si tuviese que elegir un adjetivo para los datos que hoy busca la gente sería “raro”. ¿Un ejemplo? Durante el mundial en Río, nos pidieron que identifiquemos cuántas veces Messi no estaba mirando la pelota.
¿Cómo trabajamos esto? Nosotros lo denominamos DataIntelligence. Un domingo cualquiera podemos llegar a tener entre 250 y 300 personas viendo partidos en diferentes puntos del mundo, que relevan, minuto a minuto, lo que pasa: desde goles y pases hasta datos de color. Pero el DataIntelligence tiene más que ver con un análisis posterior y específico, donde no solo producimos datos y sino que aplicamos inteligencia sobre estos.
Nuestra red global de productores es esencial para lograrlo. Son personas que viven en esos países, fanáticos del fútbol, que están mirando competencias que conocen. Tendemos a resolver los partidos con gente local del lugar donde se juega el campeonato, que sabe y conoce sobre los jugadores de su país. Creemos que la toma de datos manual se puede sofisticar y es el foco de DataFactory.
Frente a la globalización del negocio, la competencia crece y ahí es donde debemos mantenernos fuertes, diferenciándonos y escuchando atentamente al público, que, en definitiva, son nuestros clientes finales. Al igual que Bruno de Metrica, creo que la clave es encontrar el equilibrio entre la mirada stevejobiana y la escucha permanente de los consumidores. Esos son los datos que más nos importan.