El chef y skater quilmeño siempre tuvo en mente la idea de abrirse lo suyo, de ser independiente. Hoy ya cuenta con tres locales de su restaurante Café San Juan, e invierte para encarar un nuevo emprendimiento donde vincula su restaurante con un moderno hotel familiar y una fábrica de conservas.
Por Sofía Smolar
Trabajó más de diez años en relación de dependencia dentro de distintos restaurantes. Leandro “Lele” Cristóbal podría haber sido el reconocido chef de una importante marca pero no; en 2011 abrió su restaurante Café San Juan y a partir de ahí no pudo parar de emprender. “Nunca dejé de aprender y siempre puse lo mejor de mí, pero mi meta era juntar dinero para crear mi propio lugar y ser yo el que maneje todo”, cuenta Lele.
¿Cómo es abrir un local gastronómico en la Argentina?
Nuestro país está buenísimo para hacer un emprendimiento en esta industria, y es bastante más fácil que en otros lugares del mundo. En Buenos Aires hay muchas posibilidades para ser emprendedor gastronómico, porque las habilitaciones no son tan complejas: si cumplís con las cuestiones básicas, abrís tu restaurante sin problemas. Este año desembarcamos en Santiago de Chile con Café San Juan, y el proceso fue eterno. En Chile si no estás bien asesorado y no tenés un gran respaldo económico, estás complicado, porque requieren de muchos permisos y te hacen infinitas inspecciones. Eso te frena como emprendedor.
Ahora también apostas por la hotelería. ¿De qué se trata tu nuevo proyecto?
En el Café San Juan La Cantina, tenemos también la vermutería que hoy es furor en Europa, y seguramente resurgirá acá en Argentina. Ahí, en el mismo terreno, estamos terminando de armar un hospedaje familiar de cinco habitaciones muy bien puestas. Pero el proyecto es bastante más ambicioso porque también estamos construyendo un taller de conservas donde pensamos producir, enlatar y enfrascar conservas de manera artesanal. El taller, el hotel y el restaurante son independientes el uno del otro pero están conectados: si venís a cenar, te podes llevar un frasco de alcauciles de nuestra huerta, o degustarlos acompañados de un buen vermú.
Con una primera experiencia crediticia, ¿ves viable emprender sin apoyo financiero?
Veníamos invirtiendo mucho en el proyecto pero llegó un momento en que había que disponer de un monto grande de dinero para comprar las instalaciones. Estábamos en la etapa final, pero necesitábamos ese último apoyo. Por primera vez nos acercamos a un banco, y accedimos a un crédito Fondear para proyectos de inversión del Banco Ciudad, que contó adicionalmente con la bonificación de tasa del Ministerio de Producción para los emprendedores. Para que te financien es importante tener estándares de calidad, y una administración ordenada. Lo cierto es que fue una experiencia espectacular porque el apoyo fue financiero pero también nos acompañaron mucho en el proceso: apenas nos acercamos, decidimos vincular plenamente toda la operativa de los restaurantes al Banco. Al mismo tiempo, nos interesó la cadena de valor que nos propuso el Banco Ciudad, entre nuestra MyPE y los Microemprendedores que apadrina el Banco bajo su área de microfinanzas, para que sean proveedores nuestros. Hoy estamos ultimando detalles y podemos pensar la inauguración para la primera semana de diciembre.