Por Facundo Belocopitt
“Ojalá vivas en tiempos interesantes” es el título de la bienal de Venecia de este año. También es una suerte de maldición, ya que los tiempos interesantes son inestables y vienen de la mano de fuertes cambios que hacen turbulento nuestro paso por ellos. Todos los que trabajamos en grandes compañías estamos viviendo tiempos interesantes, preguntándonos cuándo vendrá el Uber que disrumpa nuestra industria, repensando qué rol debemos ocupar en esta era de cambio tecnológico y cómo podemos reconvertirnos para sobrevivir. Este esquema de transformación, acompañado por la creciente facilidad para acceder a nuevas tecnologías y a mayor cantidad de datos, ha favorecido el nacimiento de un creciente número de emprendedores, con ideas ingeniosas y curiosidad para detectar y solucionar las fricciones en el sistema. Según un estudio de la consultora Innosight, alrededor de la mitad de las compañías del S&P500 van a ser reemplazadas en los próximos diez años. Es vital que las grandes empresas presten atención al fenómeno y empiecen a trabajar en un ejercicio de “autoconocimiento” para redescubrir su rol en este mundo tan interesante.
Si uno tuviera que reducir las compañías, incluyendo desde pequeños emprendedores hasta grandes corporaciones, podríamos verlos como conjuntos de ideas. En el fondo de cada proyecto empresarial se encuentra una visión del mundo, un objetivo que cada proyecto viene a cumplir. Estas visiones, en su esencia, son finitas. Lo que cambia es la forma de encararlas. Esto da lugar a que la visión de diferentes proyectos suela ser compartida y que en otros casos sea posible unir diferentes visiones para impulsarse mutuamente. El caso de Swiss Medical es claro: queremos que nuestros clientes vivan su vida en plenitud, proporcionándoles la tranquilidad de saber que pase lo que pase, nosotros estaremos con ellos para acompañarlos. Queremos que salgan a la vida sin miedo a lastimarse, a enfermarse, sabiendo que si algo sucede van a tener quien los respalde. Queremos que vivan una vida con menos preocupaciones.
Sin embargo, las empresas grandes, que en su momento también surgieron de una idea, de una cosmovisión, con el tiempo empiezan a ser víctimas de los problemas inherentes a su tamaño: burocracia, lentitud en el desarrollo de proyectos y dificultad para adaptarse a los cambios, cada vez más frecuentes. En paralelo, muchos emprendedores comparten esta visión, encarándola en forma distinta, con ideas nuevas, acompañados por la frescura que da crear un proyecto desde cero, con la claridad de tener marcado el objetivo sin otras distracciones.
Si las grandes compañías pretenden sobrevivir en un mundo donde la disrupción parece ser la regla, deben comenzar a pensarse a sí mismas como facilitadoras de esta visión que las trasciende. Deben convertirse en canales de flujo de ideas innovadoras, internas y externas, que contribuyan a un mundo más parecido al que se buscó en la génesis. Deben valorar a los empleados que ya trabajan en pos de este objetivo, pero también abrir sus puertas a nuevas formas de encararlo. Transformarse en centros gravitacionales que atraigan la mayor cantidad de ideas que se correspondan con el objetivo final y actuar como filtro, basándose en su experiencia en el negocio, aportando una mirada holística del problema y de viabilidad de cada proyecto, y así impulsar a los que mejor contribuyan a esta visión, llevándolos a un nivel más elevado.
Pero las compañías no se mueven en el vacío, sino que forman parte de un sistema gravitacional superior, que es el del sector, que abarca un gran objetivo compartido por todas las empresas que se encuentran debajo, y confían a este la tarea de ser el gran filtro que asegure la sustentabilidad y provea el suelo fértil para que las compañías actúen y puedan fluir las ideas que ayuden a transformar el mundo. En el caso del sector de salud, donde esto no se cumple, sino que se deja de lado el abordaje holístico por soluciones sesgadas del caso concreto, todo el sistema corre el riesgo de colapsar. Es en estos momentos de crisis donde aún más las empresas deben convertirse en centros de flujo de creatividad y pensamientos diferentes, apalancándose en su gente interna, proveyéndoles la plataforma para impulsar sus propios proyectos, como así también en emprendedores externos a la compañía, invitándolos a formar parte y a trabajar juntos en pos del tan preciado objetivo común.
Es por esto que desde Swiss Medical estamos atravesando una transformación en nuestra forma de trabajar, sostenida por lo digital, pero enfocada en promover la generación de ideas y el trabajo creativo de los empleados, acompañándolos para que puedan realizar todos los proyectos que favorezcan la visión de un mundo con menos preocupaciones. También, iniciamos un concurso para emprendedores junto con Endeavor, para invitar a todos los que compartan esta visión del mundo, para conocerlos, ver cómo podemos ayudarlos a concretar sus ideas, llevar sus proyectos a otro nivel y así permitirnos atravesar juntos estos tiempos interesantes.