Año 1998. Linda Rottenberg, una joven americana graduada en leyes, convenció a Eduardo Elsztain de que la acompañara a cumplir un sueño: cambiar el curso de la economía de los países en vías de desarrollo, a través del apoyo a emprendedores de alto impacto.
En paralelo, ella y Peter Kellner le acercaron la idea a María Eugenia Estenssoro. ¿Qué le proponían? Juntos, crear y dirigir esa organización sin fines de lucro que identificara y apoyara emprendedores innovadores, de “alto impacto”. A María Eugenia le pareció increíble, a tal punto que sugirió el living de su casa como primera oficina; una decisión que tomaron con el objetivo de destinar el poco dinero que tenían en apoyar y seleccionar emprendedores. Así, el primer staff de Endeavor fue Eduardo Elsztain, Oscar Toppelberg, Lisandro Bril, Linda Rottenberg, Peter Kellner, Carlos Adamo y María Eugenia.
“En un país donde estamos siempre acostumbrados a quejarnos, donde pensamos que el contexto impide todo, en la fundación siempre existió un entusiasmo”. María Eugenia Estenssoro.
Pero, ¿quiénes eran aquellos innovadores de “alto impacto” a los que querían ayudar? Esos fundadores de compañías que podían crecer aún más, que generarían trabajo a tasas superiores que el resto de la economía, que producirían riqueza y, consecuentemente, el crecimiento del país. Un modelo de apoyo al emprendedurismo que aún no estaba probado en el mundo, excepto en Silicon Valley, Boston o Nueva York.
“Dos décadas después –cuenta orgullosa Estenssoro– lo ha logrado, se ha convertido en el mayor semillero de emprendedores del país”. Hoy apoya a 167 innovadores de alto impacto, que generan más de 14 mil puestos de trabajo en la Argentina.
Un futuro asentado en hechos
Durante los últimos años, Endeavor se enfocó en promover un ecosistema emprendedor a lo largo del país, a través del trabajo conjunto entre las seis oficinas, ubicadas en distintos puntos de la Argentina. En definitiva, contagiar las ganas de arriesgar y transmitir un apoyo, un sostén, para todos aquellos que buscan crear sus propios proyectos. Para esto, Endeavor, también trabajó masivamente: se organizaron eventos de inspiración, capacitación y networking para personas que tenían una idea o algún proyecto en una etapa inicial.
“Hoy Argentina es referente de emprendedores de alto impacto a nivel global, con casos testigo que hoy son modelos de rol para todo el mundo”. María Julia Bearzi.
En este camino, los Emprendedores Endeavor son actores clave. Ellos son nuestros modelos de rol, transmitiendo su mensaje, contando sus obstáculos, contagiando sus desafíos y compartiendo sus aprendizajes en cada ciudad adonde llega la fundación con sus eventos.
¿Por qué se confía tanto en esta manera de hacer las cosas? Porque impulsa al trabajo en red como la única manera de hacer las cosas: conectando a emprendedores, con mentores, con inversores, con empresarios, con estudiantes, con académicos, con líderes, con todos. Endeavor no es, si no es en Red.
Con más de quince años siendo parte de la organización, María Julia Bearzi, actual directora ejecutiva, puede dar fe de los logros alcanzados. “Cumplimos 20 años de fundación, y veo dos cosas: que logramos un impacto real y que la transformación puede ser aún más grande”, asegura. “Hoy Argentina es referente de emprendedores de alto impacto a nivel global, con casos testigo de emprendedores que hoy son modelos de rol en todo el mundo”.
Estenssoro se enorgullece del optimismo que mantuvo la fundación a lo largo del tiempo: “En un país donde estamos siempre acostumbrados a quejarnos, donde pensamos que el contexto impide todo, en la fundación siempre existió un entusiasmo que ve a los contratiempos como cosas a superar, y no como excusas para no hacer”.
Empieza un nuevo año y, Endeavor seguirá haciendo.