La pregunta que dio origen a la creación del primer unicornio social latinoamericano, Betterfly.
Si uno mira a Eduardo Della Maggiora desde lejos, lo tiene todo. Se graduó de la carrera de ingeniería y trabajó 10 años en una de las compañías más relevantes de la industria financiera como lo es JP Morgan en New York. Además, fundó Betterfly, una de las empresas de triple impacto más grandes de la región que combina la protección financiera, el bienestar y el impacto social de una manera que no habíamos visto antes.
Hoy día la compañía que se creó en 2018 y se convirtió en el primer unicornio social de Latinoamérica opera en 8 países y está presente en más de 15 ciudades a lo largo de todo Latinoamérica y España.
Sin embargo, la historia no comienza ahí. Detrás de cada emprendedor hay un recorrido, de resiliencia, de esfuerzo, de aprendizaje y en muchos casos, de sufrimiento. Hay detalles, decisiones y circunstancias de la vida que con paciencia y trabajo vamos encontrándole sentido a medida que pasa el tiempo.
La semilla que germinó
El punto de inflexión de Della Maggiora fue curiosamente cuando lo tuvo todo, “estaba viviendo la vida soñada”, como define en sus propias palabras a la época en la que trabajaba en JP Morgan en New York y acababa de recibir una importante promoción.
Años atrás, el Eduardo adolescente tenía el sueño de ser tenista y mientras dilucidaba cómo convencer a sus padres de que lo acompañaran en su más grande deseo, su padre falleció dejando, además de un vacío inexplicable, una incertidumbre económica que llevaría a Della Maggiora a dejar de lado el tenis. Desafortunadamente, 15 años más tarde tuvo que volver a caminar los pasillos de la clínica, pero esta vez por su madre a quien le habían diagnosticado una leucemia terminal.
En consecuencia, con lo que le había tocado vivir, primero con su padre y luego con su madre, le surgió una pregunta “¿Cómo mediría mi vida?… Y después de un par de años llegué a la conclusión de que mediría mi vida con cómo estaba usando mi tiempo, mi energía, los regalos que Dios y el universo me habían dado para generar un impacto en la vida de otras personas”.
Así fue como puso en hold el “trabajo soñado” y viajó a Tanzania, África para realizar un voluntariado de inglés y matemática con niños pequeños. No había más plan que ese: dedicar 6 meses de su vida generando impacto positivo en otros.
Fue en este viaje donde se empezó a plantar la semilla de lo que sería el inicio de Betterfly: por un lado, la desnutrición infantil, realidad que lo golpeó en vivo y en directo y un video de la carrera Ironman de Hawai que llamó la atención de Eduardo una noche debajo de su red para escapar de los letales mosquitos africanos y volvió a despertar su pasión por el deporte y sus ganas de participar algún día de aquella hazaña.
De regreso en Chile se puso a entrenar para una maratón corta cuando surgió la idea: “Qué ganas de que estos kilos que estoy perdiendo los pudiera convertir en kilos de comida, qué ganas de que a todas las calorías que quemamos haciendo deporte pudiéramos convertirlas en calorías de comida”.
Estos acontecimientos unidos con la brecha de protección que se dio cuenta existía en Latam: como él, 1 de cada 13 niños pasaron por muerte de padre o madre, breadwinner, el que mantiene la casa, y de esas familias un 90% no tiene seguro de vida, fueron el puntapié para querer generar un cambio.
El efecto Betterfly: ganamos todos
Así fue como en 2018 se materializó esta idea en un primer piloto: Burn to Give que dos años más tarde pivotearía su modelo de negocio a una B2B llamada Betterfly. Una plataforma que ofrece servicios por suscripción a compañías de todos los tamaños.
Hoy día, la compañía volvió a dar un giro en su modelo de negocio con una fuerte apuesta a la gamificación, pero siempre apuntando al mismo problema: la crisis de bienestar.
La empresa apunta a incentivar a las personas a mejorar su calidad de vida a través de su deseo de ayudar a otros. “Caminas 10 pasos, te damos 10 dólares de un seguro de vida sin costo y puedes plantar un árbol. Te sientas a meditar 5 minutos, entregamos 5 comidas. Escuchas música 30 minutos y tu seguro de vida crece 15 dólares. Esa conexión entre el bienestar personal y el impacto social nos ha hecho ser la compañía que somos”, explica en su paso por la Experiencia Endeavor Cuyo.
Al día de hoy la compañía ha generado más de 26 millones de acciones positivas, realizado más de 4 millones de donaciones, entregado más de 3.5 millones de comida, plantado casi medio billón de árboles, repartido billones de litros de agua alrededor del mundo. 2 de cada 3 personas dentro de la plataforma es la primera vez que tuvieron acceso a esto.
A sus 38 años Eduardo Della Maggiora se convirtió, además del founder y CEO del primer unicornio social latinoamericano, en Subcampeón de Ironman en Hawai y aún se sigue haciendo esta pregunta: “Si fuese tu último día, vos, ¿cómo medirías tu vida?”.
El nuevo modelo de negocio de Betterfly - Contenido para Emprendedores | Endeavor Hub
[…] esta línea, Eduardo Della Maggiora, Founder y CEO de la compañía, a través de un video en vivo (ver abajo) recorrió virtualmente la plataforma para mostrar las […]