Adaptación de la columna de Esteban Pintos, ex CTO y Manager regional de Wolox
El espacio es limitado dentro de la zona de confort y con eso establecemos nuestras limitaciones. No hay lugar para la emoción de lo desconocido, solo lo seguro y lo familiar. Y así nos distanciamos del miedo a lo que no conocemos o no nos dimos la oportunidad de explorar.
Una de las excusas más comunes que las personas se dicen a sí mismas es: “Soy realmente bueno en este trabajo o tarea, no necesito subir de nivel o aprender algo nuevo. Haré lo que sé porque ya tengo éxito. Ahorraré tiempo y energía si me enfoco en lo que sé”.
Es muy importante cambiar este mindset para saber que podemos hacer más que nuestras propias limitaciones establecidas.
En esta publicación, voy a compartir cómo salí de la zona de confort a través de mis experiencias.
Hace unos meses, di una charla sobre cómo salir de la zona de confort en un evento de Wolox llamado Tech & Talk. Durante el encuentro, noté la reacción de la audiencia: al compartir experiencias, ellos también estaban recordando sus aventuras en la vida. Sus caras me motivaron e inspiraron a seguir compartiendo mis experiencias.
Empecemos con lo básico: ¿A qué llamamos “zona de confort”?
Es esa zona donde alguien está felizmente confiado con algo, donde nuestra rutina produce buenos resultados, donde la ansiedad y el estrés son bajos. Tenemos todo bajo control y poco de qué preocuparnos. Esto puede aplicarse a diferentes aspectos de la vida cotidiana: tareas de trabajo, relaciones, nuestra posición en un equipo deportivo, la forma en que interactuamos con las personas, entre otros.
Por ejemplo: Yo como ingeniero de software con algunos años de experiencia en el desarrollo de Full Stack, crear código con marcos conocidos es algo en lo que fluyo y me siento realmente seguro. Sé cómo hacer que las cosas funcionen y me encanta. Asi que…
¿Por qué necesito escapar de esa zona?
Para alcanzar un estado diferente donde ocurre la magia, donde aprendés y descubrís tu potencial, nuevas experiencias y nuevos desafíos o ideas.
¿Alguna vez has sentido un dolor profundo en el estómago al experimentar algo desconocido? -por ejemplo, hablar con una persona que admirás, proponer un nuevo proyecto a tu jefe o uno muy común: hablar en público- ¡Felicidades! Esa sensación extraña es un indicador de que saliste de tu zona de confort.
¿Qué pasa cuando llegás allí?
Comenzará a sentirse ansioso, un poco estresado, confundido, un poco perdido y tal vez incómodo. Pero … es ese lugar donde vas a:
- Experimentar cosas nuevas
- Conocer tus limitaciones
- Aprender
- Comprender tu potencial real
y esos son momentos/sentimientos invaluables para experimentar. Se necesita conocer su potencial y limitaciones para poder navegar situaciones futuras en la vida.
Me considero una persona introvertida. Cada vez que me acerco a un grupo de personas en un evento, cuando tengo que hablar frente a una audiencia o cuando tengo que dar mi opinión en una gran reunión, siento que mi corazón late con fuerza, con nervios y mucha, mucha ansiedad. Con la práctica, ese sentimiento dura solo un momento y luego suceden cosas increíbles: conozco personas increíbles, me expreso en reuniones. Hay muchas cosas que me perdería si me quedo dentro de mi zona de confort.
Pero … ¿qué pasa si vamos demasiado lejos? Se entra en algo llamado zona de pánico.
Recuerdo que cuando era niño, quería aprender a andar en bicicleta. Tomé mi bicicleta y comencé a andar sin miedo. Finalmente, terminé chocando contra el único árbol que tenía en mi jardín y me lastimé. Entré en la zona de pánico, me sentí realmente desmotivado y estresado. Pero me di cuenta de la importancia que tiene poder aprender de los errores, hacer ajustes y seguir intentándolo. Esta vez recibí ayuda de mi padre y lo logré. Después de esa situación, comencé a tener más confianza y quería más. Busqué nuevas propuestas, pero pronto me vi en la misma situación que antes.
Un aprendizaje más: Ser paciente.
Cuando se sale de esta zona donde tenés control total, estás entrando en una nueva zona en la que se puede no tener conocimiento, donde la falla puede ser inminente. Date tiempo para aprender, fracasar y avanzar.
A partir de ese punto de partida, comenzarás a obtener nuevos resultados. Empecé a dar pequeñas charlas, luego algunos cursos para estudiantes y comencé a escribir publicaciones en el blog. Todo esto llevó muchas horas de práctica, paciencia y autoconciencia, pero al final, valió la pena. Sin hacer todo este esfuerzo, todavía puedo tener miedo de dar mi opinión en una multitud, o tal vez nunca conocer a todas las personas increíbles con las que comparto mi vida diaria en Wolox.
Cada persona es diferente. El desafío de uno puede ser una tarea simple para otra persona. En algunos momentos de nuestras vidas, estar en nuestra zona de confort podría ser la decisión más saludable, pero prometo que vale la pena. Recomiendo dar ese paso, esperar nuevos desafíos y animarnos a estar incómodos.
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