Para ellos, la palabra que más se ajusta es transformación. Se llaman Claudia Lamas y Marcelo Vásquez y son socios de BLIMOP, una compañía jujeña de tecnología y software que trabaja para que empresas de todo el mundo puedan mantener, ampliar y digitalizar sus modelos de negocio. En un mundo que tiende hacia la digitalización de sus procesos, ellos vieron la oportunidad hace más de 14 años y decidieron avanzar con su proyecto, de Jujuy al mundo.
Luego de años de trabajo, ellos querían dar un paso más y se postularon para formar parte del HIT (High Impact Training, por sus siglas en inglés), el cual busca acompañar a empresas de diferentes regiones del país y darles herramientas para potenciar su desarrollo, resolver sus desafíos de negocio y conectarse con otros miembros de la comunidad emprendedora.
Pero, para muchos emprendedores, tomar la decisión de formar parte de programas de aceleración no es fácil porque creen que les llevará demasiado tiempo. Aunque, en realidad es ir más allá: cada emprendedor elige cuánto de su parte y de su equipo está dispuesto a dar. No se trata de sentarse a cursar, hacer un trabajo práctico y esperar a que un profesor lo corrija. Por lo contrario, el objetivo último es estar abierto a recibir feedback de expertos, repensar la estrategia de un negocio, incorporar nuevas herramientas y sacarle el mayor provecho. En esta línea, Claudia comenta: “Entendíamos que había muchas oportunidades de mejora en diferentes áreas de nuestra empresa, lo que nos llevó a decidir cursar el HIT. Durante el transcurso del programa, empezamos a incorporar lo que íbamos aprendiendo en cada encuentro y esto nos ayudaba a situarnos desde otro lugar, entendiendo que si queríamos crecer debíamos transformarnos, creando una nueva estructura y captando oportunidades y mercados”.
Y sin ir más lejos, el programa ayudó a estos emprendedores a dar un paso más lejos y redefinir su negocio: “Pudimos definir e implementar una estructura que nos permitió enfocarnos en la estrategia, el business development, los procesos y todas las demás acciones que se hacían en forma sui generis, además de establecer objetivos a corto plazo. Esto nos permitió reaccionar y salir airosos de esta situación crítica que está atravesando el mundo”, dice Marcelo, cofundador de la empresa.
Por último, otro valor agregado para los emprendedores fue el redescubrimiento de la identidad de la empresa. “HIT dejó aún más en evidencia la necesidad interna de aprender y adquirir herramientas para el Management. La clase del día no terminaba después de la reunión. Era tal la calidad de la información que de cada encuentro nos llevábamos una fuerte dosis de motivación. Todo estuvo pensado para los participantes: la organización, el timing, las dinámicas y las experiencias de trabajo en equipo. Cada uno de estos componentes hicieron un gran combo para lograr el efecto deseado: contribuir a que nuestras empresas se conviertan en actores principales del crecimiento económico de nuestras provincias y del país”.