Por Tito Loizeau, Fundador de Caramba!
Ya sea ante un gran público, un puñado de personas o apenas un cliente, te encontrarás en tu vida profesional con la necesidad de captar la atención de tu audiencia. A continuación te paso algunos consejos que he aprendido a lo largo de miles de presentaciones y charlas en estos últimos 20 años.
- La actitud: Es “casi” todo. Estar seguro de vos mismo es sumamente importante, por ende preparar tu presentación y repasarla varias veces antes es fundamental.
- La seducción: Tu aspecto, tu sentido del humor y simpatía, y sobre todo la empatía que logres con tus interlocutores es clave. Además mantente siempre abierto a las preguntas.
- La audiencia: No es lo mismo dirigirse a una persona que a un grupo. Ni tampoco a una audiencia joven que a una mayor. Es importante que interpretes claramente quién está del otro lado para lograr la empatía con el público.
- El lenguaje corporal: Expresarte claramente y hacer gestos (sin exagerarlos) siempre es importante
- La pasión: Mucha gente se “enamora” de la gente apasionada. Cuando presentes algo, hazlo con pasión y serás mucho mas creíble.
- La historia: A la gente le gusta escuchar historias, en todos los niveles y edades. Si puedes contar tu presentación como una historia, siempre va a sumar.
- La imagen: Que vale mas…que mil palabras. Así que si tienes la chance de realizar tu presentación apoyado en imágenes, tienes un plus. Y siempre vale más una foto para apoyar tu idea, que tu misma idea plasmada en texto en una diapositiva de Power Point.
- El mensaje relevante: Está claro que todo lo dicho anteriormente no tiene sentido, si no tienes algo relevante que contarle a tu audiencia. Así que asegúrate que así sea antes de comenzar.
- Lo importante: Es clave que resaltes el mensaje principal de tu charla, incluso más de una vez para que no existan dudas.
- El principio y el final: Comenzar con una frase que atrape suele ser una herramienta muy eficaz para captar la atención. Puede ser una pregunta, un desafío, o bien un chiste relevante. Y para el final siempre deja abierta tu presentación para el pensamiento.