Las empresas jóvenes tienen un rol fundamental en la economía actual, de eso no hay dudas. Muy lejos de disputar su lugar en un titánico mano a mano con las grandes marcas, hoy se plantean colaboraciones sinérgicas que permiten pensar en otro modelo. ¿Es posible que chicas y grandes trabajen en equipo?
Los datos son contundentes: según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económica (OECD), las denominadas empresas jóvenes – con hasta cinco años de antigüedad – generaron cerca de la mitad de los nuevos empleos en la década pasada, y se estima que los emprendedores digitales ayudarán a crear cerca de 10.000.000 de empleos en el conjunto de los países del G20.
En este contexto, ¿cómo hacen los pequeños emprendedores para crecer en presencia de las grandes empresas y sirviéndose solo de las nuevas tecnologías e internet? Un breve análisis del mercado digital actual nos muestra dos vías fundamentales.
La primera es bien conocida, aunque no por eso obvia y sencilla de implementar. Se refiere a una completa transformación digital basada en la optimización del sitio web, la creación de contenidos propios y empleo de SEO (Search Engine Optimization), las herramientas de gestión en la nube y dispositivos móviles, y una orquestada estrategia en redes sociales. Parece simple, aunque todos sabemos que no lo es.
Frente a eso, la segunda alternativa – quizás menos transitada – se está revelando como un camino más seguro que el anterior. En este caso, consiste en la aplicación de los dominados procesos de “innovación abierta“. Estos son proyectos multilaterales fomentados por grandes empresas que colaboran con nuevos emprendedores, much más especializados en materia de innovación.
Con esta segunda vía todos ganan. Por una parte, los grandes reducen sus costos de inversión en investigación y desarrollo, ya que reciben ideas y proyectos ya hechos, ahorrándose el elevado costo de los procesos de ensayo-prueba-error. Y por otra parte, los emprendedores pueden alcanzar la formación y la tecnología necesaria para lanzar sus ideas. Sin embargo, lo que es aún más importante es que obtienen la financiación económica a través de un nuevo socio financiero y estratégico. Estas colaboraciones sinérgicas bien pueden llevarse a la práctica en forma de concursos o en los que se dominan proyectos incubadora.
Con este panorama actual de colaboraciones, las previsiones para el futuro son positivas y muestran un crecimiento. Además, y por sobre todas las cosas, invita a jóvenes a cambiar el enfoque frente a las grandes empresas: en vez de cómo competir con estas, pueden buscar qué se puede lograr en conjunto.