En la era digital, el intercambio de ideas y la generación constante de información a un ritmo acelerado son dos pilares básicos para que el conocimiento ocupe un lugar cada vez mayor.
Por esta razón, en el 2019 se avanzó hacia una ley que beneficie a las empresas que se especializan en la generación de este tipo de valor, pero no llegó a promulgarse. Sin embargo, el proyecto se promulgó este octubre en el Congreso – luego de algunas modificaciones al proyecto inicial – y busca alentar la generación de nuevas compañías o mejoras de los servicios que ya ofrecen las empresas tecnológicas.
¿Qué se entiende por conocimiento?
Hablar de conocimiento significa crear empleos de calidad, riqueza y valor agregado a los productos o servicios. Es decir, el conocimiento suma valor dentro de alguna (o varias) etapas de la cadena productiva. Este adicional puede verse de forma directa o indirecta – dependiendo de si se genera valor desde la concepción de ese servicio o se adiciona a alguna etapa en particular.
Según un informe de Accenture, en la Argentina hoy la economía del conocimeinto involucra el 22% de su PBI. Para el 2025, esta cifra podría incluso ser mayor y llegar a los 30 puntos si se avanza en políticas focalizadas para esta área. De acuerdo a este mismo reporte, para poder alcanzar estos objetivos hacen falta invertir al menos 5000 millones de dólares por año en ciencia y tecnologúa y adicionarse 9900 trabajadores por año de las disciplinas MITyC (matemáticas, ingeniería, tecnología y computación). Además, en la Argentina, donde existe el debate acerca de la productividad entre los sectores, una mayor apuesta por la economía del conocimiento es una gran oportunidad.
¿Cuáles son las industrias alcanzadas y qué les aporta la nueva ley?
Los sectores alcanzados son la industria del software, nanotecnología y nanociencia, biotecnología, industria audiovisual, aeroespacial, satelital, nuclear y robótica, entre otras actividades.
Según Argencon, estas industrias son unas que más aportan ingresos para el fisco y generan puestos de trabajo calificados. Incluso, el 8% de las exportaciones argentinas actuales son actividades del conocimiento.
En concreto, la nueva Ley de Economía del Conocimiento impulsada por el Ministerio de Desarrollo Productivo, les ofrece ventajas impositivas a los tipos de compañías mencionadas anteriormente. También, busca duplicar la cantidad de empleados en el sector – hoy cerca de 500 mil – y multiplicar por 2,5 puntos sus exportaciones – de 6 mil millones de dólares a 15 mil millones.
Otros aspectos a tener en cuenta de esta ley y que estarán vigentes hasta el 31 de diciembre del 2029 son:
- Descuentos sobre los aportes patronales. Los beneficiarios podrán convertir en un bono de crédito fiscal intransferible del 70% de las contribuciones patronales que hayan pagado. El beneficio ascenderá al 80% cuando se trate de nuevas incorporaciones laborales de mujeres, transexuales y transgénero; profesionales con estudios de posgrado en materia de ingeniería, ciencias exactas o naturales; personas con discapacidad; o personas residentes de “zonas desfavorables”.
- Reducción del Impuesto a las Ganancias de forma segmentada: del 60% de la para las micro y pequeñas empresas; del 40% para las medianas, y del 20% para las grandes.
- Se podrán adherir las empresas constituidas en la Argentina o habilitadas a trabajar en el país.
- En el caso de emprendimientos nuevos, se deberá acreditar el desarrollo de las actividades promovidas.
- Los beneficiarios deberán acreditar la realización de mejoras continuas en la calidad de sus servicios e invertir en la capacitación de sus empleados. Esto es del 1% para las micro empresas, un 2% para las PyMEs y de un 5% para las grandes compañías.
- Las empresas que inviertan en capacitar a desocupados menores de veinticinco y mayores de 45 años o mujeres que accedan por primera vez a un empleo formal, podrán computar por el doble de su valor.
- Otro requisito que deben cumplir es realizar exportaciones de bienes de las actividades promovidas en un porcentaje respecto de su facturación total del último año de al menos de un 4% para las micro empresas y 10% para las pequeñas y medianas Empresas y un 13% para las grandes empresas.
- La creación del Fondo Fiduciario para la Promoción de la Economía del Conocimiento.
Para acceder a los beneficios las empresas deberán acreditar que el 70% de su facturación del último año está vinculada a las actividades promovidas o presentar un caso ante la autoridad de aplicación cuando no alcance ese porcentaje.
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