Las startups biotecnológicas tienen algunas particularidades dentro del mundo emprendedor: requieren de procesos de validación más largos que los habituales y necesitan de mucha más precisión en su MVP, entre otras. Sin embargo, el gran denominador común que comparte con el resto del ecosistema es, sin duda, la creatividad.
Un ejemplo de esto es el caso de CRISPR, una de las startups biotecnológicas con más éxito de los últimos tiempos, fundada en 2012 por Emmanuelle Charpentier y Jennifer A. Doudna. En pocas palabras, CRISPR es una tecnología que sirve como herramienta de diagnóstico molecular que en 2020 recibió el Premio Nobel de Química. ¿Pero de qué se trata esta tecnología que cambiaría la toma de decisiones en medicina? CRISPR logra determinar fragmentos de ADN repetitivos que las bacterias usan para defenderse de los virus invasores. Es decir, cuando contraemos una infección, el sistema inmunitario produce anticuerpos contra ese virus a fin de que la próxima vez que se presente esa amenaza, haya una reacción rápida. CRISPR sirve para diagnosticar la reacción del organismo.
Dos años después de la creación de CRISPR, en 2014, un equipo de científicos argentinos comenzó a desarrollar investigaciones usando esa tecnología. Se trata de Carla Giménez, Federico Pereyra Bonnet, Lucía Curti y Guillermo Repizo. Con el apoyo del fundador Franco Goytia, los emprendedores crearon la empresa CASPR para desarrollar un kit portátil y de fácil uso (similar a los test de embarazo hogareños) para detectar secuencias de ADN/ARN (ácido ribonucleico) y hacer diagnósticos de enfermedades infecciosas, entre otras aplicaciones.
Detectar el problema, crear la solución
Si vamos un paso más atrás, podemos preguntarnos por qué el equipo de CASPR decidió emprender. La respuesta: porque detectaron una necesidad, una demanda sin atender: los profesionales de la salud necesitan información molecular de precisión pero su acceso es limitado y las soluciones son lentas y concentradas. Como consecuencia de esto, se demora la toma de decisiones en situaciones críticas de tiempo.
Mientras el equipo de científicos desarrollaba la tecnología que aceleraría los diagnósticos médicos, en 2020 nos sorprendió la pandemia. Entonces, aprovechando el conocimiento que ya tenían sobre CRISPR comenzaron el desarrollo de un test rápido para detectar el virus que causa la enfermedad.
Ese mismo año, Amazon contrató a los ejecutivos Franco Goytia y Carla Giménez, ambos cofundadores de CASPR Biotech, para ampliar sus esfuerzos en la lucha contra el Covid-19. La adquisición fue una consecuencia directa de la fusión estratégica de Amazon con el gigante de inversiones Berkshire Hathaway y el banco JPMorgan Chase. Esta iniciativa dio vida a la empresa conjunta Haven, que no siguió su curso. Sin embargo, Amazon continúa avanzando hacia el mercado de la salud y tiene entre colaboradores al equipo de CASPR.