Por Mariano Focaraccio, CEO y fundador de Drixit Technologies
La seguridad, la salud y el trabajo nunca estuvieron tan relacionados como en este momento en la historia de la humanidad. Son los puntos de partida para el crecimiento económico y, asociados a la inversión en tecnología, son la mejor manera de cuidar a nuestro equipo, potenciando además el negocio.
La pandemia nos mostró que no se podía controlar ni determinar, que no estaba en nuestras manos decidir cómo seguiría evolucionando e interfiriendo en nuestra vida diaria el virus, pero sí podemos decidir cómo vamos a afrontarlo. La única forma es seguir creciendo, brindar entornos realmente seguros para nuestros equipos, utilizando las herramientas y el potencial que tenemos a nuestro alcance.
La innovación con la que contamos hoy nos permite anticipar y prevenir accidentes, integrar al trabajador de planta con su empresa, digitalizarlo, llevarlo al siglo XXI. Hoy debiera ser una de las principales prioridades de las empresas industriales incluir a los equipos operativos dentro de las nuevas herramientas que los incorpora en el futuro.
Este avance se evidencia además al reducir notablemente las consecuencias – usualmente graves- de cualquier accidente laboral de gravedad. Desde el punto de vista corporativo, es relevante observar que estos accidentes vienen acompañados de decenas de problemas inesperados: multas, indemnizaciones laborales, trato con abogados, aumento de costos de seguros, pérdida de producción y / o equipos, crisis y gestión de medios , entre otros. Esto no solo cuesta dinero y un tiempo valioso, si no vidas. Según Injury Facts (organización que depende del Consejo Nacional de Seguridad de U.S.A.), el costo total de las lesiones relacionadas con el trabajo aumentó a $170,8 mil millones y el tiempo perdido total de 70,000,000 de días.
La implementación de la tecnología puede minimizar directamente el riesgo de accidentes y muertes laborales con el uso de EPP digitales y diversos dispositivos que pueden proteger a los empleados. Estos desarrollos permiten que los trabajadores industriales y contratistas se ubiquen fácilmente en caso de accidente, incluso cuando no están al aire libre o quedan atrapados en espacios reducidos. Algunos de estos vienen con notificaciones inmediatas en caso de caídas o golpes fuertes, y hasta pueden vibrar o sonar frente a áreas o eventos peligrosos. Además, en este contexto especial, pueden alertar cuando se rompe el distanciamiento social y permitir el rastreo de contactos si se detecta un caso positivo de Covid-19.
Mediante el uso de Internet de las Cosas e Inteligencia Artificial, se puede recopilar y proporcionar una gran cantidad de datos que se utilizan de múltiples formas, con fines de seguridad y no relacionados con la seguridad: configurar mejores protocolos y procesos de acuerdo con su propia operación; mejorar la logística y la cadena de suministro; detectar diferentes comportamientos de la forma más rápida posible y permitiéndole solucionarlo antes de que produzca más daño.
Es justo decir que las decisiones que se toman por motivos de seguridad generan beneficios que van lejos de sus objetivos originales, lo que también afecta el crecimiento económico. La tecnología no solo protege a los empleados, sino que proporciona a las industrias el entorno adecuado para seguir operando (en este contexto) y puede ayudarlas a reducir los tiempos de producción y mejorar su gestión y operación.
La seguridad no debe convertirse simplemente en una de las muchas prioridades; debería ser uno de los valores y activos más importantes de todas las industrias. No solo es lo correcto para con nuestros trabajadores, sino que también llevará su negocio al siguiente nivel, con estándares más altos que pueden generar ganancias económicas a largo plazo.
Tomar la decisión de invertir en digitalización industrial es el verdadero cambio de paradigma para estos tiempos.