Creció en Ecuador y en Argentina antes de mudarse a los Estados Unidos para estudiar economía en la Universidad de Yale. “A diferencia de las carreras en otras partes del mundo, en EEUU se estudia un poco de todo. Además de cumplir con los requerimientos de economía, tuve la posibilidad de estudiar antropología, astronomía, historia del arte y portugués”, explica Maia. “Me gustó tanto ser “generalista” que elegí seguir aprendiendo un poquito de todas las industrias como consultora de estrategia en McKinsey & Company en Nueva York”, agrega.
Y ese perfil integral fue el que después aplicó a su trabajo y le fue muy útil para sumar valor como profesional. Fue así como se incorporó a Ualá, con mucho para aportar a la compañía pero también con ganas de aprender. Desde su incorporación, formó parte de numerosos proyectos y recientemente lanzó cobros para los usuarios, un hito único no sólo para ella sino también para la historia de la empresa.
En entrevista con Endeavor, Maia compartió su historia y el detrás de escena del nuevo lanzamiento.
E: ¿Cómo llegaste a Ualá? ¿Por qué decidiste sumarte al equipo?
Maia Eliscovich: En 2018, me escribieron por LinkedIn para contarme de Ualá. Yo había trabajado diseñando la estrategia para digitalizar bancos (tanto allá como acá) y sabía que había una oportunidad enorme para hacer las cosas diferente, a gran escala y para un público desatendido. Casi que acepté la oferta laboral en la primera entrevista. Me motivó la misión noble de Ualá, combinada con el potencial enorme de cambiar el mercado y el gran equipo que ya trabajaba ahí.
Me mudé de Nueva York a Buenos Aires como empleada número 35 de Ualá para ser Chief of Staff y trabajar cerca del CEO, Pierpaolo Barbieri. Trabajé en las rondas de inversión con Goldman, Ribbit, Monashees, Tencent y Softbank, y ayudé a definir la estrategia de crecimiento de Ualá. Después de un año y medio, decidí cambiar de rol (¡finalmente menos generalista!) y dedicarme a desarrollar un nuevo producto para Ualá.
E: ¿Qué te motiva todos los días a seguir trabajando en la compañía después de este tiempo?
ME: Si bien ya hace más de dos años que trabajo en Ualá, mi trabajo y la empresa están en cambio constante; el tiempo pasa volando. Me motiva seguir contribuyendo al crecimiento del sector y de la empresa y generar nuevas oportunidades tanto para los colaboradores como para nuestros usuarios. Cada semana que termina, pienso cuánto de lo que hicimos como equipo no estaba antes ahí. Colaboré con una docena de empresas como consultora y nunca vi nada parecido a este crecimiento tan vertiginoso. No me aburro nunca y estoy aprendiendo constantemente.
E: ¿De qué forma Ualá te transformó como profesional?
ME: Ualá para mí fue el cambio entre pensar, asesorar, organizar, y realmente… “hacer”. El ejercicio de crear una estrategia me resulta intelectualmente interesante, pero nada se compara con el orgullo que siento al implementar un cambio real o desarrollar un nuevo producto. Además, “hacer” requiere habilidades diferentes que “pensar”: escuchar a personas de distintas áreas, entender sus preocupaciones, priorizar los diversos intereses y generar consensos para que toda la empresa avance en conjunto y se adapte a los cambios. Esto implica mucha más paciencia y dedicación. Cualquier plan, por más organizado que sea, es vulnerable a la realidad. Ualá me enseñó a transitar del ideal a la ejecución de la mejor manera posible.
E: ¿Cuál creés que fue tu mayor aporte para la empresa?
ME: Me cuesta pensar en mi aporte individual cuando siempre trabajé con varios equipos. Este año, estuve dedicada a lanzar un nuevo producto para completar la propuesta de valor de Ualá. A principios de diciembre lanzamos cobros para que nuestros usuarios cobren por link de pago o con un mPOS -punto de venta móvil- e inmediatamente reciban el dinero por sus ventas en su Ualá. Es nuestro primer producto comercial: lo pensamos como emprendedores para emprendedores, porque creemos que estamos muy bien posicionados para entender las necesidades de nuestros usuarios. Estoy inmensamente agradecida a Ualá por darme la oportunidad de crear un producto de cero con un equipo extremadamente comprometido y dinámico.
E: ¿Qué desafíos se te presentaron como profesional dentro de la empresa?
ME: ¡En Ualá hay retos constantes! Cuando empezamos a trabajar en las nuevas funcionalidades de cobro, teníamos tres desafíos importantes: desarrollar un nuevo producto de cero en una empresa que era cada vez más grande, entrar en un nuevo mercado con una vertical completamente nueva y, además, empezar a trabajar 100% remoto en pandemia…
Yo estaba muy interesada en replicar la metodología que habían seguido los primeros miembros de Ualá cuando crearon la cuenta y la tarjeta en 2017. Como eran pocos y estaban todo el tiempo en un mismo lugar, estaban en constante comunicación y avanzando en paralelo en todos los aspectos del producto: desde lo técnico hasta lo legal. Pero, ahora éramos casi 500 colaboradores en vez de 20 y la cantidad de áreas a involucrar y la complejidad de los problemas a resolver era cada vez mayor. No queríamos que la burocracia ni los procesos nos demoraran la construcción de un producto de excelente calidad para nuestros usuarios.
E: ¿Cómo lo resolviste?
Antes de decidir qué queríamos construir, tuvimos que pensar en cómo lo queríamos hacer. Definimos armar un equipo “núcleo” de seis miembros con representantes de tecnología, sistemas, producto y negocio para debatir los temas importantes y llevar el día a día. Además, reclutamos otras 30 personas que representan a todas las áreas (todas, todas, en serio) para avanzar en conjunto con cada uno de los detalles. Así, logramos en 4 semanas tener nuestra primera transacción en vivo con un cliente real y en 12 semanas lanzar el producto al mercado. No hubiese sido posible sin el compromiso del equipo en pensar creativamente, soñando bien en grande pero actuando con dedicación en lo más pequeño.
E: ¿Alguna anécdota para contar?
ME: La semana que empezó la cuarentena tuvimos una conversación muy franca con el equipo para repensar nuestra estrategia de producto. Ahora que empezábamos a vivir remotamente, ¿nuestros usuarios seguían necesitando mecanismos de cobro presenciales? ¿Debíamos cambiar nuestra estrategia? No sabíamos ni cuánto iba a durar la cuarentena ni con qué nos íbamos a encontrar una vez que llegase una vacuna. Me acuerdo de pensar, “con lo complicado que es el mundo de pagos, fintech, y tecnología, ¿encima tenemos que saber de epidemiología para tomar buenas decisiones?” Gracias a que nos habíamos esforzado tanto en mantenernos ágiles, pudimos robustecer nuestro link de pago y además ofrecerlo al menor costo posible sin dejar de lado el producto para cobro presencial. Creemos que es un gran diferencial de Ualá poder ofrecer un link de pago con desembolso inmediato, y fue gracias a que nos dispusimos a cuestionarnos nuestra propia estrategia que logramos lanzar un mejor producto.