Inspiración, historias de gente que se animó, fracasó algunas veces y lo logró otras. El libro Hackear la Argentina recuerda una vez más que nunca hay que dejar de hacer y cómo a través de los ejemplos podemos contagiar a las personas a ser parte de esta revolución.
Está a la vista que los emprendimientos tecnológicos están transformando nuestro país, la región y el mundo. Gracias a ellos aparecen nuevas maneras de resolver los problemas que nos aquejan como humanidad o también más eficientes y eficaces soluciones para problemas ya atendidos. Este es el core de las startups que a través de la tecnología generan oportunidades en países como el nuestro, en los que hay mucho por hacer y talento de sobra para ejecutarlo.
Para ponerlo en ejemplos concretos, el poder que tiene el emprendimiento sobre el desarrollo de las sociedades es enorme: la ideación de nuevas maneras de comunicarnos y consumir, la posibilidad de producir más a menor costo; la inclusión de población de sectores postergados a la economía formal, el desarrollo de soluciones que disminuyen nuestro impacto medioambiental, y la lista sigue.
Hackear la Argentina, el libro escrito por los periodistas Juan Meiriño y Carolina Amoroso, destaca a los protagonistas argentinos que, a través del emprendimiento, dan respuesta a algunos de los tantos desafíos que tiene nuestro país y la región. A lo largo de una serie de entrevistas facilitadas por Endeavor, los autores indagan en la mente de los fundadores, cómo piensan, cómo se animaron y cómo ven a la Argentina desde adentro y también desde afuera.
En esta línea, el libro explora los caminos de los líderes de grandes compañías argentinas para que juntos: los entrevistados, que hicieron y siguen haciendo, los que transmiten y amplifican el mensaje y los que lo reciben y desbloquean esa nueva necesidad de emprender; sigamos buscando incansablemente soluciones a la eterna crisis argentina que tantas veces nos juega una mala pasada y nos hace creer que se trata de un loop.
Qué piensan los grandes emprendedores de nuestro país
Sin más preámbulo, así piensan las mentes de quienes están hackeando a la Argentina, a la región y al mundo:
Marcos Galperín (Founder Mercado Libre y Emprendedor Endeavor)
“Cuando veo gente haciendo fila para pagar con QR me emociono. Si mañana me muero, me muero tranquilo. Ya agregué mi granito, hice algo que cambió la vida de la gente… Sea en la Argentina o en otro lugar, hay que pensar que lo que uno hace es un granito más de arena dentro del caos que es emprender. Le diría ( a alguien que está emprendiendo hoy en Argentina) que se enamore de su idea y que arme un buen equipo porque lo que va a empezar es algo largo y complejo”.
Pierpaolo Barbieri (Founder Ualá y Emprendedor Endeavor)
“Considero que Argentina tiene que salir de la misma discusión que venimos sosteniendo desde 1880 sobre los productos agroexportadores. Hoy tenemos una gran oportunidad: Argentina tiene que ser un exportador de productos digitales para el mundo. Tenemos el talento, la posición geográfica, la conectividad y la experiencia y el ecosistema para hacerlo”.
“En Argentina tenemos la idea de que viene alguien y nos salva. Creo que tenemos que entender que no es así. Nadie nos salva. Solamente vamos a salir si nos sentamos y nos damos cuenta de que tenemos que llegar a un acuerdo básico, pero después, nadie lo pone en práctica”.
Martín Migoya (Co-Founder Globant y Emprendedor Endeavor)
(Con respecto a los ciclos de desandar del país) “Está en el ADN argentino, definitivamente, y ese mismo ADN, interpretado de maneras distintas por parte de la gente, genera esa capacidad de aprender y de resiliencia, de acomodarse y volver a acomodarse. No hay muchos países de América Latina que tengan esa suerte. Dije suerte, a pesar de que es una desgracia. Somos una sociedad castigada por las crisis permanentes. Hay que pensar que éramos un país potencia y que teníamos una clase media muy fuerte, que estudió y se preparó, y toda esa potencia por algún lado tiene que salir. Y si no puede aparecer en el mercado local, lo hará en el internacional. Argentina siempre fue reconocida por su clase media.
Alejandro Larosa (Co-Founder Agrofy y Emprendedor Endeavor)
“Yo creo que la Argentina tiene su propia normalidad; ojalá en algún momento se parezca más a la del resto del mundo. Nosotros creemos en el sector, porque es el único que realmente puede impulsar el desarrollo económico del país ya que, junto con el turismo y la industria del conocimiento (que es más incipiente), es el que permite realmente generar las divisas necesarias para el desarrollo. El potencial de los agronegocios de Argentina es enorme y el sector tiene tantas ventajas comparativas que resiste los errores de política económica o los ciclos del país”.
Emiliano Kargieman (Co-Founder de Satellogic y Emprendedor Endeavor)
“En algunos sentidos hubiese sido más fácil empezar con un background en la industria aeroespacial, empezar en un ecosistema ya armado como el estadounidense y con el fundraising de Silicon Valley. Pero yo creo que no hubiésemos podido construir la compañía que construimos hoy, no hubiésemos podido tener la oportunidad que hoy tenemos, porque también acceder a mucho capital en muy poco tiempo te obliga a moverte a una velocidad para la cual no estábamos preparados”.
“Como humanidad tenemos el imperativo moral de salir de la Tierra a bacapear este mundo en otro lado. Existe un riesgo importante de que la humanidad desaparezca si no hacemos algo. Tenemos la tecnología para hacerlo y creo que en los próximos veinte años, o antes, lo haremos”.
Patricio Jutard (Co-Founder Mural y Emprendedor Endeavor)
“Todos los días hay un porrazo, una dificultad. Los más graves siempre son los financieros, como cuando no llegás a fin de mes para pagar los sueldos. En la primera época era duro, había meses en los que no vendíamos lo suficiente como para mantener la estructura, hubo muchos otros en los que no cobramos nuestro sueldo. Tuvimos años en donde todo era una gran incógnita. Mural crecía, pero despacio. Me acuerdo de una situación grave, cuando no conseguimos inversores para el año 2017. Yo me había separado y tenía solamente un departamento, que vendí para poner la plata en la empresa y seguir adelante”.