Por María Julia Bearzi, Directora ejecutiva de Endeavor Argentina*
Según el INDEC, casi la mitad de la población se encuentra debajo de la línea de pobreza. Este 50% de los argentinos tiene empleos informales y de baja productividad que no les permite planificar ni siquiera llegar a fin de mes. En paralelo, varios informes nos ubican como uno de los países que gasta un mayor porcentaje de PBI en pagar los salarios del Estado. Mientras tanto, vemos que cada vez más empresas que generan empleo privado eligen desarrollar sus negocios en países que les ofrecen mejores condiciones fiscales y una cierta estabilidad macroeconómica que les permite invertir, generar puestos de trabajo de calidad y crecer con reglas de juego claras.
¿Cómo haremos para generar el empleo privado que el país tanto necesita? Este fue uno de los temas centrales que se debatió en el último Coloquio IDEA y, como representante de una organización que apoya emprendedores de la Economía del Conocimiento, mi primer pensamiento es que nos urge accionar sobre los siguientes ejes:
Concientizar aún más a nuestros representantes sobre el impacto que tienen las empresas encuadradas en la Economía del Conocimiento, en tanto crean puestos de trabajo calificado, como programadores, analistas de datos, diseñadores – entre otros – y representan una fuente de ingresos de divisas para nuestro país. El sector emplea a unas 435.000 personas y tiene la capacidad de repercutir positivamente en muchas otras industrias, como la construcción, textil, alimenticia, automotriz, el comercio y el agro. Inclusive, las empresas tradicionales hoy necesitan de esta industria para seguir siendo competitivas en el mercado.
Es importante que, quienes legislan, comprendan el fenómeno en todas sus dimensiones y la oportunidad que representa para el desarrollo de la Argentina. Tenemos el deber como argentinos de generar las condiciones y los consensos necesarios para que los emprendedores, las empresas y el talento quieran quedarse y apostar por el país.
En un país con un 50% de desempleo formal, hay 15.000 vacantes disponibles para cubrir en empresas de software y compañías de otros rubros que buscan talento con perfil tecnológico. ¿Cómo estamos educando a la población para los empleos que se necesitan? Las soluciones en gran parte están viniendo del sector privado: están surgiendo startups que apuntan a capacitar en materia de tecnología con el doble objetivo de dar respuesta a la escasez de talento y generar empleabilidad en jóvenes (y no tanto) de diferentes realidades sociales que solo necesitan una PC y conexión a internet para aprender y trabajar.
Solo por mencionar algunos casos, Henry es una academia creada por dos hermanos argentinos que educa a personas gratis hasta que consiguen un trabajo. Para que esto sea posible, la compañía diseñó un modelo que facilita al graduado acceder a un empleo y afirman que el 90% de los graduados lo consigue a los 6 meses.
Arbusta es otra startup que está trabajando con este propósito. Tiene un fuerte basamento social ya que capacita y emplea a jóvenes de barrios vulnerables: más del 50% son mujeres que se incorporan así al mundo del empleo formal.
Por su parte, las empresas que demandan este tipo de talento están empezando a desarrollar sus propias iniciativas. Las compañías unicornio, Mercado Libre y Globant, se unieron con Digital House para ofrecer becas a 10.000 alumnos y lograr su rápida inserción laboral en la industria.
No podemos desaprovechar la fortuna de que este talento surja en Argentina y que esté trabajando por y para el país, que encuentra soluciones a los problemas más complejos y genera oportunidades para otros. Podemos tomar como ejemplo al talento emprendedor que ha logrado desarrollar grandes empresas unicornio en las mayores crisis de nuestra historia. Crecer es posible y el ecosistema local tiene con qué dar batalla para salir al mundo, generar empleo formal privado y crear en pos de un objetivo en común. Cuidemos a nuestros emprendedores y a todo el ecosistema que lo empuja a crecer: son una fuente de inspiración y faro para las nuevas generaciones, para seguir apostando por Argentina y creer que es un país viable si generamos los consensos necesarios.
*Columna original publicada en el diario El Cronista.