En la Experiencia Endeavor 2016, Mariano Sigman, Director del Laboratorio Científico de la Universidad Torcuato Di Tella, realizó un viaje por el mundo de la neurociencia, trazando puentes y equivalencias con el comportamiento de los emprendedores. El aprendizaje, los modelos de acción y la previsibilidad y el azar fueron algunos de los puntos más fuertes de su charla ante cerca de 2000 personas.
“Emprendedores y científicos tenemos en común el querer ir a mundos que no existen, el tratar de agarrar una nave que nos lleve a algún lugar que a veces no conocemos, que no imaginamos”. Así abría su charla y explicaba cómo el descubrimiento de lo desconocido y el afán por entender y cambiar el mundo es muchas veces lo que mueve a ambos personajes.
También se refirió al aprendizaje que uno, como emprendedor, lleva a cabo todo el tiempo, incluso sin darse cuenta, lo que permite optimizar sus estrategias y labores. “En un mundo incierto, donde uno tiene una representación de mundo imprecisa, uno tiene que ajustar los parámetros. Los parámetros de dónde vende más, cuánto puede vender, etcétera. Uno va calibrando un modelo”, dijo.
Asimismo, Sigman dio una importancia destacada al tema del azar, o lo imprevisible y dijo que “saber dónde termina el aprendizaje y que en un momento comienza el riesgo, el azar, permite actuar bien en el mundo y no sobredimensionar”.
Finalmente, se refirió a que, así como los modelos van creciendo, se van asentando y se van ajustando, hay momentos en los que se vuelven obsoletos. Allí, dice, hay que saber en qué momento desprenderse de ellos y renovarse.
Luego de explicar su marco teórico, realizó una serie de ejercicios con el público que dieron cuenta y permitieron reflexionar sobre cómo el pensamiento está fuertemente condicionado por marcos referenciales y su entorno cotidiano. Mirá la charla completa acá.