Por Facundo Matos Peychauk
1- ¿Por dónde se puede empezar a innovar en cómo educamos?
Depende de nuestro rol. Si somos docentes en el aula, hay mucho por innovar en cómo enseñamos. Si somos directivos, hay una oportunidad fuerte para innovar en la organización institucional, armando equipos de docentes que puedan planificar en conjunto nuevas estrategias. En el campo de las políticas públicas hay muchísimo que hacer, para que todo lo que sabemos que funciona pueda llegar a gran escala.
2- ¿Y cómo emprendedores?
Hay un enorme espacio de innovación también, desde fundar escuelas con nuevos formatos pedagógicos, hasta armar propuestas de capacitación innovadoras. Hoy sabemos que hay que aprender toda la vida, que no alcanza con los años de escuela o de universidad. Estamos en un momento de oportunidades muy interesantes para repensar la educación.
3- ¿Quién fue el profesor que más te enseñó?
Tuve varios. Uno de ellos fue Alberto Korhnblihtt, en mi primera materia de Biología. Alberto nos enseñaba no solo lo que se sabía de células y moléculas, sino especialmente el camino por el que se había llegado a ese conocimiento. Nos entrenó en una manera de pensar preguntona y rigurosa, que fue fundacional para el resto de la carrera.
4- ¿Cómo se logran más profesores así?
Ser un gran docente tiene mucho más que ver con la metodología de enseñanza (el tipo de preguntas y actividades que se propone, cómo se evalúa, cómo se da feedback a los alumnos) que con el carisma personal. Eso se aprende con una buena formación docente, lo cual tiene que ir más allá de los años de formación inicial y extenderse a toda la carrera.
5- ¿Se puede enseñar a tener un pensamiento crítico y curioso?
Se puede. Es fundamental empezar temprano, desde el jardín de infantes, y sostener un camino coherente en todos los años de escuela. Generar en las aulas situaciones de aprendizaje activo, en las que haya preguntas investigables, debate de ideas, retos a resolver de maneras creativas, análisis de distintas fuentes y un clima permanente de confianza y construcción colectiva.
6- Hacerse buenas preguntas es clave para emprender. ¿Cómo se aprende?
El camino de enseñar a hacerse buenas preguntas empieza por ofrecerles a los chicos modelos de buenas preguntas: problemas, dilemas, situaciones intrigantes o desafiantes para que encuentren qué les interesa, qué les da curiosidad, qué los “levanta de la silla”. Y que los inviten a pensar por ellos mismos o colaborativamente para resolverlas. De ahí salen los buenos proyectos.