Hoy más que nunca, las decisiones que tomamos serán determinantes para el futuro del negocio. Desde volcarse al online, ampliar el alcance de entrega de los productos o incluso posponer acuerdos valiosos que estaban pautados con anterioridad, entre muchas más. Todas esas decisiones tienen un peso especial, no sólo para los líderes de compañías, sino también para sus equipos, su reputación y relación con el cliente.
Por esta razón, te acercamos cuatro consejos clave para acompañar a los emprendedores en estas circunstancias.
1) Flujo de caja: La caja de la empresa es una prioridad. Bajar gastos fijos, costos innecesarios, hacerse más chico para ganar tiempo – negociar ventas, proveedores, acciones que posponer y explorar la metodología LEAN son algunas de las sugerencias.
2) Liderazgo: Es fundamental transparentar información en todos los niveles: tener un diálogo abierto y sincero. Entender que, para una startup, lo más importante es su gente y hoy estamos trabajando todos desde lugares remotos. El desafío del líder es motivar y generar cercanía en tiempos de aislamiento.
3) Reinventarse, no es un cliché, es una realidad. No saldremos igual, todos los sectores y hábitos sociales van a cambiar, dificil es saber cómo pero es un hecho que va a suceder. Se aceleran los cambios en las industrias que ya se venían dando pero potenciaron su velocidad por el contexto. Si estás buscando un negocio nuevo, el mejor punto de partida es siendo un buen observador de la realidad. Empezar con esta pregunta: ¿Qué problemas cotidianos no están resueltos? Por ejemplo: pasamos la mayor parte del tiempo encerrados en espacios reducidos, somos dependientes de las pantallas y las usamos todo el día – independientemente de la pandemia.
4) Construir empresas empáticas: No solo es crisis sanitaria sino económica. Las empresas que sean empáticas en este momento con sus audiencias, especialmente sus clientes, van a tener un impacto positivo ahora y serán recordadas a futuro.
No olvidemos: El emprendedor está formateado para ser ágil en tiempos de cambio. Hay que cultivar el ADN de desafiar la propuesta de valor, cuestionar si seguirá siendo importante.