Para el deportista, hay un elemento básico que comparten los montañistas y los emprendedores: el riesgo. Pero, en el caso del deporte, este factor no significa jugarse la vida sino enfrentar el desafío con las herramientas y la preparación suficientes. “A los montañistas nos mueve la pasión, el sueño de poder concretar cada vez objetivos más difíciles, exóticos, bellos o cualquier motivación que nos impulse. Los emprendedores hacen el mismo recorrido, pero son diferentes elementos los que los lleva a la concreción de un sueño. Riesgo y pasión son claves para poder realizar cualquier emprendimiento. Si no tenemos un sueño, si no nos apasionamos del mismo para realizarlo y si no tomamos riesgos, seguiremos anclados en el mismo lugar”, compartió Vitry.
Otro factor vital para un montañista es rodearse de un buen equipo porque de él puede depender su vida y viceversa. De igual forma, un emprendedor necesita contar con el apoyo de diferentes aliados quienes lo acompañarán en el desarrollo de su negocio. “En la montaña se suelen forjar grandes amistades y eso se debe a que ésta tiene la particularidad de mostrarnos tal cual somos. Es allí donde aflora la esencia de cada ser, con sus partes luminosas y oscuras. El trabajo en equipo es fundamental: cada uno se complementa y se completa con el otro y todos son uno mismo. De esta manera y salvando las diferencias, los emprendedores deben elegir bien a sus socios de aventura, saber que existen y comparten ciertos códigos y que en caso de no cumplirlos todos fracasan”, explicó el montañista.
Sin embargo, contar con un gran equipo de trabajo no es suficiente. Tanto los montañistas como los emprendedores deben conocerse a sí mismos y tener en claro sus propios alcances y limitaciones. “En el montañismo se tiene que ser sensato con uno mismo y no mentirse, conocer sus posibilidades. La montaña se sube paso a paso y no se progresa de a saltos. Los emprendedores deben tener la misma sensatez. Es bastante común en la montaña tener que cambiar de planes debido a factores externos o del mismo grupo humano y es allí donde se debe ser flexible. En la montaña muchas veces son mayores los fracasos que los éxitos y cada una de estas adversidades que atentan contra nuestros sueños, son grandes maestros”, aclaró el especialista.
Además, el arte de emprender implica no sólo analizar la situación actual, sino también proyectar a futuro. De igual manera ocurre con los montañistas: ellos saben que todo lo que llevan en su recorrido debe ser medido y pensado en función de la necesidad, peso y volumen. “Todo aquello que llevemos de más nos provocará cansancio y si no lo utilizamos simplemente estaremos paseando cosas inútiles. En este punto es donde cobra importancia la planificación, lo cual se traduce en estudiar el terreno, pensar cada día hora por hora y llevar solo lo necesario. Muchos emprendedores saben de las dificultades, renuncias, incomodidades por las que atraviesan en pos de un sueño y al igual que los montañistas saben que la recompensa llegará”, dijo el deportista.
Otro factor que comparten los montañistas y los emprendedores es el ego. Si bien es necesario para creer en uno mismo, también puede ser peligroso cuando domina nuestra mente. “El ego en cierta medida es bueno porque te ayuda a pensar que puedes enfrentar un desafío, aunque tiene su contrapartida equilibrante que es la humildad y sensatez. Hay un punto donde la montaña o tu cuerpo te dan mensajes de retirada y allí el ego necesariamente se debe aplacar. En los emprendimientos hay mucho de ego, pero se debe aprender de la contraparte para no llegar al punto de no retorno”, contó Vitry.
A su vez, las situaciones críticas suelen crear tensiones y en el peor de los casos desencadenar conflictos que desestabilizen o desarmen al grupo. Por esta razón, es el líder el que diseña la estrategia, propone soluciones y decide. Estas decisiones no siempre son tan verticales, pues si el grupo cuenta con varios miembros experimentados, la mejor salida se decide en equipo. En el mundo emprendedor también las decisiones son muy importantes y es lo que permite que los proyectos salgan a flote y vuelen. Nuevamente, los montañistas y emprendedores tienen más en común de lo que se cree.
En adición a lo anterior, para el deportista, uno de los obstáculos más grandes que se debe superar al intentar un ascenso es vencer el mito de la montaña. Esto significa, ni más ni menos, despojar a la misma de su historia. Los emprendedores también transitan por terrenos inciertos o por donde otros fracasaron por lo que deben pisar sobre el terreno en donde otros estuvieron y situarse sensatamente en el emprendimiento que están por realizar.
Por último, nada más importante en el camino que disfrutar de lo que uno hace. “Si en la montaña ya no estás disfrutando lo mejor es regresar a casa ya que eso puede costar tu vida y también la de tus compañeros. Igualmente, un emprendimiento debería tener como base el disfrute y el entusiasmo, sentirse feliz y enamorado de su trabajo, caso contrario las cosas no funcionarán”, concluyó Vitry.
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